Decir olivo es hablar de la cultura ancestral de toda la cuenca Mediterránea. El Olivo está en nuestro ADN y en todas las manifestaciones artísticas que el ser humano conoce.
Decir cultura del Olivar y el Aceite es hablar del compromiso que Almazara Alguijuela adquirimos con el inicio de este proyecto. Nuestra política de puertas abiertas (restringida por el advenimiento de la pandemia COVID’19), o las alusiones a la poesía y pinturas en nuestra web así lo ponen de manifiesto. Hoy queremos compartir la visión de un pintor pacense sobre los olivos, nuestros campos y sus gentes.
Se trata de Godofredo Ortega Muñoz.

Nacido en el pueblo extremeño de San Vicente de Alcántara (Badajoz), el 17 de febrero de 1889 y fallecido en Madrid en 1982. Ortega Muñoz es el creador de una de las visiones más singulares y profundas del paisaje español contemporáneo.
En 1921 después de terminar el bachillerato, marcha a Madrid con la intención de convertirse en pintor, en contra de la opinión paterna para que cursarse la carrera de farmacia. En Madrid comienza libremente su aprendizaje, primero en el museo de reproducciones, luego en el del Prado.
En 1925 se traslada a París, luego Italia y posteriormente viaja por numerosos países europeos y del próximo Oriente.
Su obra se centra en la interpretación realista del paisaje extremeño y castellano. Fue uno de los más importantes creadores del paisaje español contemporáneo.
Rastrojos
Ortega Muñoz
Óleo sobre lienzo
93 x 73 cm
Año 1963
Además del paisaje retrató la figura, bodegones y personajes de Extremadura. Godofredo posee un estilo sobrio predominando los ocres, grises y negros que le aleja de la academicismo en busca de la espontaneidad y la emotividad. Anticipa, en cierto modo el movimiento expresionista.
Los años de su mayor éxito fueron las décadas de los 50 y 60.

Campesino
Ortega Muñoz
Óleo
Año 1936
Campesino extremeño
Ortega Muñoz
Óleo sobre lienzo
86 x 90 cm
Año 1939
Museo de Bellas Artes de Badajoz
Según Antonio Franco Dominguez: “pocos paisajistas españoles fueron capaces de hacer pasar a su obra por un proceso tan complejo de distanciamiento y de conceptualización: de hecho, la síntesis constructiva que hace Ortega no se entiende si no se remite a la pintura abstracta y a la práctica cubista. Y es cierto que, entre los de aquel periodo, ninguno tuvo como él la capacidad de hacer de su arte un ejercicio tan profundamente sincero de mediación espiritual entre el paisaje y el ser que lo trabaja, lo medita, o lo piensa.
Viñas y olivas
Ortega Muñoz
Óleo sobre lienzo
73 x 92 cm
Año 1973
Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte contemporánea, Badajoz

Jose corredor Matheos escribió estos versos en homenaje a Godofredo Ortega Muñoz:
Cruzo estos campos, piso estas
cañadas.
Interrogo a los árboles
desnudos.
Y escucho sus respuestas, tan
calladas.
Me paro ante las cercas, bien
cerradas,
que nada cierran, y que son
escudos
de estos cielos abiertos, de estos
mudos
caminos y estas lomas
arrobadas.
Mientras cruza este campo,
pensativo,
extremada y discreta
Extremadura,
dejo abierto los ojos y te
escribo.
Esta tierra me habla, tierna y
dura.
Y es tuyo este paisaje. Y está vivo,
y es él, y es más él mismo, en tu
pintura.

Encinas y olivos
Ortega Muñoz
Óleo sobre lienzo
81 x 60 cm
Año 1964
Colección del Banco de España